Brushstroke cake

Esta torta fue una verdadera sorpresa, de principio a fin. Y no puedo partir este post de otra manera que agradeciendo a mi gran amigas, socia y seca fotógrafa Paula Zuvic. Honestamente sin sus fotos no sé qué sería de mis tortas, es que honestamente sabe cómo hacerlas ver tan dramáticas como son, siento que le pone de una u otra manera en la foto todo el corazón que yo pongo haciéndolas. Esa conexión impresionante entre ella y mi trabajo no deja de sorprenderme y estoy TAN agradecida de que me ayude con su maravilloso trabajo.

 

Fotografía: Paula Zuvic

 

Como habrán notado, soy muy agradecida de todo lo que me llega, de que alguien crea en mi, de que me ayuden con mi trabajo, del apoyo incondicional y absolutamente todas las cosas buenas que me rodean. Esta nueva torta fue un desafío que agradezco muchísimo, la diseñadora de moda nacional, Loraine Holmes puso en mis manos lo que ella quería, una “feather” o “brushstroke” cake como las que hace una pastelería rusa llamada Kalabasa. Es un diseño muy bonito, sumamente osado y artístico, justo lo que ella quería.

 

Fotografía: Paula Zuvic

 

Juntas definimos la paleta de colores con la que trabajaríamos, una muy cercana a la de su marca y además quedamos en que algunos de los elementos del catering tendrían el logo LH en ellas, incluida la torta. Para eso, tuve que hacer un stencil a mano y por suerte mi mamá me prestó su aerógrafo para hacerlo, me sentí como una verdadera ninja, me faltó poco para pintar las paredes de la casa con él. En cuanto al sabor, me dio total libertad creativa pero me dijo que le gustaba mucho el chocolate y el toffee, por lo mismo quise probar una nueva variación con el biscuit de chocolate. Lo remojé con un simple syrup con Bulleit Bourbon, e intercalé capas, dos de manjar casero, dos de creme mousseline de licor de avellanas y una de creme mousseline de toffee, la probamos un millón de veces y LA CAGÓ. Es que se fue a la cresta…

 

Fotografía: Paula Zuvic

 

Además, decidimos qué cosas tendría el mesón dulce que yo iba a montar: macarons con relleno de ganache de vainilla mexicana; profiteroles rellenos con el mismo biscuit de chocolate, buttercream de chocolate y creme mousseline de toffee; parfaits de yogur, berries y granola; trufas de vainilla y chocolate blanco; y finalmente, tartaletas de frutos rojos con crema pastelera.

 

Fotografía: Paula Zuvic

 

Anatomía de la torta:

  • Invitados: Al rededor de 20
  • Lugar: Casa Loraine Holmes
  • Evento: Fashion brunch de cumpleaños de la diseñadora Loraine Holmes
  • Plazo: Cuatro días
  • Sabor: Bizcocho de chocolate relleno con creme mousseline de licor de avellanas, creme mousseline de toffee y manjar de campo
  • Medidas: 20 cms de diámetro y 20 cms de altura con decoración
  • Decoración: Buttercream gris pálido y espigas de chocolate blanco en una paleta de cinco distintos colores, uno negro con el logo LH. Drizzle de dos colores en chocolate.
Fotografía: Paula Zuvic

 

Armar la torta fue fácil, aunque me demoré harto en hacer los bizcochos, especialmente porque la hice con seis capas de éste. Pero una vez que lo tuve listo fui rellenando y luego lo cubrí con el buttercream, que es por sobre todas las cosas mi favorita, lograr esos ángulos de 90º es mi obsesión y mi talento escondido jajajajajaja. Una vez lista la tuve en el frío y no fue hasta el día siguiente que me puse a hacer la decoraciones, a pintarlas y decidí armarme de valor para decorarla. Podrán haberse dado cuenta de que estoy acostumbrada a enterrar pocas cosas en mis tortas, por ende, estaba aterrada esto era entierro tras entierro jajajajaja. Además tenía que hacerle las rayas de chocolate que marcaban el eje del centro. Si bien todo junto representa una completa armonía, pucha que me costó, soy una mujer muy cuadrada y todo lo que pueda representar el más mínimo desorden me complica. aún así estaba determinada a hacerla bien, con amor y, por supuesto, que quedara elegante y prolija.

Todo era maravilloso antes de partir, hasta que enterré la primera decoración en la torta… Casi me morí, pensé que el buttercream iba a estar más blando y que iban a pasar fácil, no fue así… Fue como pasarle un cuchillo a la mantequilla dura, estaba quebradiza y todo mi trabajo para dejarla lisa y perfecta se fue a la cresta, a esas alturas ya transpiraba, la Paula se sigue riendo de mi cara de concentración hasta el día de hoy. Con una pequeña espátula tuve que arreglarla como pasta de muro, ya no estaba perfecta y empecé a sufrir. Me fue pasando lo mismo con cada una de ellas… ¡Y no eran pocas!

 

Fotografía: Paula Zuvic

 

Una vez terminada fue un alivio, especialmente de ver todas estas maravillosas fotos que le sacó mi seca amiga, en serio que no pudo retratar mejor el drama, la artisticidad y la paleta de colores de esta torta que pese a la “suciedad” de su diseño, me pareció perfecta. Si, al transportarla tuve algún otro par de quiebres, pero nada del terror. Paralelo a esto preparé todas las otras cosas dulces que causaron sensación, les dejo la evidencia abajo.

 

 

Hace este evento fue toda una locura, pero lo pasé increíble, era el desafío que estaba esperando y quedé MUY conforme con los resultados.

 

 

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