Pandora’s Box cake

Hay un cliente muy especial que siempre me pide cosas MUY distintas a las que yo hago, es más, el otro día me dijo “pobre cada vez que trabajamos juntos es como un trabajo de sicología”. Pero la verdad es que no me quejo en lo más mínimo, amo los desafíos y no hay nada que me guste más que hacer un trabajo bien hecho, especialmente cuando se trata de pastelería. Ahora, se preguntarán por qué me dijo eso… La cosa es simple, en sus tortas siempre hay una historia detrás y hay un trabajo de investigación de por medio para llegar a la inspiración final, pero me encanta, tienen mucho cuento y eso para mi, es priceless. Además, siempre es rico sacar a relucir mi faceta de periodista.

En este caso la torta era una suerte de Caja de Pandora pero no mala, en suma, utilizamos la estética de ésta, pero no la connotación “mala”, sino que al revés, era una torta que representaba a una persona (que estaba de cumpleaños) como una dulce caja de sorpresas rodeada por todas sus virtudes y fortalezas características. No fue fácil llegar a la idea final, pero lo cierto es que fue una tarea que gozamos en familia. Con mi mamá craneamos cómo poner cada una de estas cosas en pequeños sellos en la torta y confieso que fue ella quien me ayudó a pintarlos. Yo me preocupé en un cien por ciento de armar las plantillas para el hexágono, bizcochar, rellenar (y hacer) una torta deliciosa para después cubrirla con fondant, aerografearla y hacer todo el detalle dorado y la pedrería en fondant y caramelo.

Anatomía de la torta:

• Invitados: Ni idea (to be honest).
• Evento: Sorpresa de cumpleaños
• Sabor: Bizcocho de chocolate relleno con creme mousseline de toffee y manjar de campo
• Medidas: Aproximadamente 17 cms de diámetro y 15 cms de altura
• Decoración: Fondant pintado con aerógrafo, detalles dorados hechos de fondant y pintados dorados a mano, piedra de caramelo rojo
• Packaging: Caja redonda tipo sombrero con lazo dorado gigante + tarjeta

La caja no fue nada fácil, era difícil pillar una lista para una torta más alta de lo común, sin embargo, queridos papás encontraron una y la adaptaron, forraron, etc para dejarla perfecta, así la torta podría ser un maravilloso regalo y sorprender a quien la iba a recibir. La torta me tomó aproximadamente dos días, que si bien no es mucho, fue porque trabajé rápido y bajo ene presión. El sábado terminé de hacer el catering y de llevar la torta de la diseñadora Loraine Holmes y tuve que volver corriendo a la Casa Kuk a trabajar en esta. Me demoré como media hora en hacer las plantillas y después como dos en hornear y cortar los bizcochos con la forma. Una vez que tuve eso listo, me puse a cubrirla con el buttercream y mi amigo que me estaba acompañando me dice “la torta está redonda”… Claramente tenía que partir por algo para poder darle los ángulos perfectos en casa esquina además del de 90º en el eje de arriba. Como soy de perfeccionista, habré estado unas dos horas haciendo solo eso.

Al día siguiente cubrí la torta con fondant, cosa que no fue fácil tuve que hacer cada cara en un paño distinto e irlas pegando. Después la pinté con aerógrafo y pintura en gel, no fue fácil, pero quedó maravillosa, brillante y TAN elegante, fue un completo acierto, el fondant coloreado jamás habría llegado a esto. Y después en plena sobremesa de domingo empezamos armar la decoración, mi mamá pintó cada dibujo, mientras que yo hice, recorté y pinté cada uno de los detalles dorados. La piedra roja la hice de caramelo teñido rojo la noche anterior.

El resultado fue realmente increíble aunque lamentablemente mis fotos no le hacen mucha justicia, extrañé un montón a la Paula, pero algo decente logré y apliqué todas las técnicas que me enseñó en su Workshop de Retoque de Fotografía Gastronómica para hacer que se vieran mejor. Ojalá les guste, yo quedé contentísima, no supe si a la persona de cumpleaños le gustó pero estoy segura de que así fue ¡Me las sufrí pero siento que salí victoriosa de este nuevo desafío! ¿Cuál será el próximo?