Syrup Sweet Freedom (paleo) – Camipot.com

Syrup Sweet Freedom (paleo)

A ratos me pregunto qué sería de mi sin waffles en la mañana. Pero ojo, que los waffles no serían nada sin syrup, así conocí estos. Antes utilizaba Maple, pero comprar uno bueno es difícil primero porque no los venden en todos lados y dos, me empiezo a complicar porque igual son altos en calorías.

Un día paseando por Luki (también los encuentran en Dellanatura), me topé con estos syrup y dije bueno, lo probaré a ver qué tal. Hay distintos sabores y el de Porridge es mi favorito, a veces le sumo toquecitos del de chocolate, pero por si solo es muy denso. El primero que probé fue el Baking Toast, y es el que menos me gustó, tiene un sabor a naranja un poco fuerte, pero es cosa de irse acostumbrando.

Lo maravilloso es que cunden bastante y cada cucharadita tiene solo 13 calorías, a esto se suma que son completamente naturales. La verdad es que no sé que sería de mi en la mañana sin estas maravillas.

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Roobars (paleo) – Camipot.com

Roobars (paleo)

Estas barritas han sido toda una novedad para mi. Y es que los que me conocen sabrán que el 50% de mi alimentación, sobre todo cuando estoy metida en la cocina o en el gimnasio son las barritas. Por lo mismo, siempre ando dando vueltas por tiendas naturales buscando opciones paleo, que no sean procesadas, con aditivos y cochinadas.

Por lo general la gente tiende a pensar que la “barrita de cereal” es súper sana, pero básicamente se están chantando calorías en descontrol y bastantes aditivos, para qué hablar del azúcar. Las barritas paleo, si bien no son poco calóricas, no al menos para mi ingesta diaria, al estar cargadas de alimentos sanos y nutritivos son MUY llenadoras, además de full energéticas, todo lo que necesito en el día a día.

Estas nuevas maravillas, y variadas en sabores por lo demás, las pillé en un lugarcito que amo por su buena onda, por su variedad y simplemente por todo, se llama Very Organic People, aunque la mayoría lo conoce como VOP Café, en el corazón del barrio El Golf en la calle Augusto Leguia Norte. Una exquisitez de mercadito y restaurante.

En fin, cada cierto tiempo acompaño a mi abuela a la peluquería por ahí y me escapo, en esta ocasión andaba en búsqueda de té matcha, pero salí con todas estas Roobars. Lo lindo es que son bajas en calorías para lo que relativamente estamos acostumbrados en una barrita, ojo ah, no son lo más contundentes, pero una me llenó al tiro y durante bastantes horas. Pero se mantienen al rededor de las 100 calorías y eso para mi es completamente válido para un snack entre comidas, pre o post gym. Cada una pesa 30gr y descubrí que internacionalmente hay otros formatos, pero me conformo con este, es la medida justa y necesaria.

Con sabores intensos y bastante originales, hasta la de cacao tiene un dejo distinto, quizás un poco más natural y ácido, más alejado del adictivo sabor a “chocolate”. La textura también es bien rica, porque a veces, buscamos estas barritas por lo “chewy” que son, pero otras, queremos algo que masticar medio duro y que mantenga la boca entretenida. Bueno, estas son el término medio ¿ Qué mejor?

La verdad es que me gustaron bastante, el precio de cada una es sobre los $1.000, pero sabremos como personas que comemos sano que pillar un snack saludable, sano y con buenos ingredientes pero barato es IMPOSIBLE, y enfrentémoslo, es que pagar un poco más por mantenerse saludable, al menos para mi, es clave.

¡Ojalá las disfruten tanto como yo!

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Crocs: My favorite sous chef – Camipot.com

Crocs: My favorite sous chef

Jamás entendí por qué la gente que trabajaba en la cocina estaba tan cansada… ¿Era la cantidad de horas? ¿Estar de pie? ¿El ritmo? Ni idea, no me lo imaginaba, era tanto lo que yo gozaba como periodista que cualquier dolor, molestia o malestar lo dejaba pasar siempre y cuando significara pasar tiempo en la cocina.

Lo cierto es que jamás me imaginé lo que iban a doler los pies hasta que entré a la escuela de cocina en The International Culinary Center. Me compré mis primeros zapatos de cocina, antideslizantes, de cuero, resistentes, con padding en la suela, buen peso, buena pinta, en teoría, las tenían todas, el precio también era tremendo, pero no importaba nada, yo quería que mis pies estuvieran felices. Lo cierto, es que ni pasábamos tantas horas de pie, eran cuatro por día y a veces un poco más, pero después de unos meses me empezó a pasar la cuenta, y al final, habiendo completado solo 600 horas solo en clases, cresta, no quería más guerra.

Entre las clases, entré a hacer mi práctica y las horas de pie en la cocina aumentaron a un número que rodeaba las 18 horas por día, ahí si que ya no podía ni caminar. Me quería morir, los fines de semana pasaba con los pies en alto e ir a entrenar al gimnasio era una verdadera tortura.

Cuando volví a Chile descansé bien, el verano le hizo justicia a mis pies, pero una vez que armé mi taller en la Casa Kuk, y volví a cocinar a full, el número de horas que me paso de pie -sin importar si es día de semana o no- es demasiado. Son fácil unas 10 horas por día, por lo bajo. Lo más gracioso es que mi motricidad y nivel de detalle en el trabajo no es el mismo si me siento, NECESITO trabajar de pie, especialmente porque soy más perfeccionista que la cresta.

No fue hasta que tuve que hacer la torta de Caja de Pandora que los pies se me reventaron, no podía más, quería llorar, el dolor era INSOPORTABLE. Los que tenía no me servían, las pantuflas no daban para ensuciarlas en la cocina y las botitas UGG tampoco soportaban el trabajar de pie cómodamente durante tantas horas, además que odio que se me recalienten los pies, tenerlos fresquitos es clave para mi. En fin, entregué la torta y me fui a almorzar al Issei del Mall Vivo de Los Trapenses, la mesa miraba a la tienda Crocs.

La tentación fue demasiada, mis patitas no daban más y le pedí a mi abuela (que es más generosa que nadie) que por favor fuéramos a ver si tenían algo que no fuera el típico sueco de goma. Y bueno ahí me enamoré a primera vista de las que hoy son mis regalonas en la cocina. Se llaman Swiftwater Cross-Strap, cada vez que se las muestro a alguien no pueden creer que son Crocs, las encuentran tan bonitas, tan estéticas y finas, ideales para mi, me carga andar disfrazada cocinando, el estilo es algo que para mi, JAMÁS se sacrifica.

Primero me las probé, son como andar a pie pelado, súper livianas, frescas (tienen MUY buena ventilación), cómodas para ponérselas y, por sobre todas las cosas, se suman a mi estilo. La verdad es que soy una persona muy estética, me cargan las cosas feas, toscas o que me hagan sentir disfrazada, los suecos caen en esa categoría y honestamente uso esos Crocs de pantuflas (y los amo). Pero me muero andar en el día a día con un zapato que no se vea estiloso, bonito y elegante dentro de su comodidad. Estos se ajustan a eso, los uso con patas, jeans e incluso pantys, versatilidad y comodidad pura, tanto así que cada vez que me los pongo bailo y subo videos a mis stories de Instagram.

Hay un pequeño pero, y se los cuento para que lo consideren. Por más cómodas que sean, NO son zapatillas deportivas y no se embalen para usarlas como tal. Son para uso diario y para mi una maravilla en la cocina. Pero su suela es blanda para deporte, no tiene el soporte adecuado para rebotar o pedalear, lo mismo con el empeine, especialmente en la bici donde pedalear hacia arriba sin tanto padding duele. pero para la cocina, y si no manipulan cosas calientes y peligrosas como agua hirviendo, son perfectas. Para los días que en que me pongo a decorar tortas como loca, son simplemente perfectas.

Pero en suma… ¡Las tendría en todos los colores y versiones para cocinar con ellas hasta el infinito y más allá!

Fotografía: Paula Zuvic
¡Para mi lo importante es SIEMPRE pasarlo bien en la cocina!

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Delantales Paula Zuvic – Camipot.com

Delantales Paula Zuvic

No es novedad que me paso todo el día con mi querida amiga y socia, la fotógrafa gastronómica Paula Zuvic, quien a su vez es la madre y reina de la mayoría de mis fotos, es que honestamente esta página no sería nada sus preciosas imágenes.

Sin embargo, hay cosas que hacemos y sorpresas que nos damos mutuamente. Una gran sorpresa fueron sus maravillosos delantales. Mientras me fui a Nueva York jamás perdimos el contacto, pero hablar de trabajo no era precisamente lo que hacíamos. Paralelamente cada una fue avanzando laboralmente por su lado, haciendo distintas cosas.

En este periodo la Paula sacó a relucir su talento como diseñadora, la verdad es que yo jamás lo había visto, solo había escuchado de él, y con toda la honestidad del mundo, hasta se me había olvidado que existía con tanto otro talento que tiene.

En fin, fue así como decidió empezar a diseñar sus propios delantales, aparecieron fotos de sus Cenas de Temporada y en ella, estas creaciones. Inmediatamente me llamaron la atención, eran sobrios, con telas muy originales, combinaciones sencillas y muy atractivos.

Apenas llegué nos pusimos en campaña para hacerles fotos y seguir comprando telas para que hiciera más. Hoy se han convertido en parte de nuestra Casa Kuk, son un sello visual de la casa, los tenemos colgados y en display, además de utilizarlos muchísimo.

A mi particularmente me gustan más los mandiles, jamás me di cuenta de cuánto amaba las chaquetas de cocina hasta que tuve que usar una todos los malditos días. Y si, son cómodas, me mantengo limpia y es simplemente un uniforme que se adapta a mi. Por lo mismo le pedí a la Paula que me hiciera una que está en proceso y  estoy segura de que será espectacular. Pero mientras, uso sus mandiles, son cómodos, heavy duty, me las aguantan todas, y eso para mi es clave.

Fotografías: Paula Zuvic

También son cómodos, factor que a la hora de cocinar es clave, al menos para mi, los usamos durante muchas horas y a veces ponerse cualquier cosa, al menos a mi me complica. Me gustan mucho hasta para cuando estoy haciendo clases o para verme más arregladita, porque son elegantes.

Hace un par de días hicimos esta locura de sesión en la Casa Kuk donde pude ser yo, estar cómoda, dar jugo y reflejar cómo me sentía con el mandil puesto. Ojalá les guste esa energía linda que tenemos en la casa, los delantales de la Paula que los pueden comprar en aquí y obviamente las locuras de fotos preciosas que hicimos.

¡Buen día y buena semana para todos, gracias por sus visitas, comentarios y cariño!

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We are (the Nespresso) family! – Camipot.com

We are (the Nespresso) family!

No había tenido la oportunidad en la página de hablarles de mi Luisi, Jean Luis,  Luini, Luindi, DON LUIS, o en cualquier otra palabra, mi papá. Quienes me conocen sabrán que los sobrenombres y el amor abundan, es más, no faltan mis amigas que lo llaman por alguno de esos nombres jajajaja, yo simplemente la gozo.

Don Luchito en su pasaporte juvenil, aquí lo tienen de 17 añitos.

En fin, hay varias cosas que mi papá (mamá, tu también pero en este caso voy a hablar de café) nos inculcó y que están inmersas en la cultura del hogar Vera Falabella. Luisi es un amante de la tecnología y del café. Siempre, pero literal que toda su vida, ha sido lo que conocemos como un “early buyer”, esos tipos que aman TANTO la tecnología que no pueden resistir a la tentación y se compran lo último, lo más top y a veces ese chiche que jamás picó (llámese Laser Disc, HD DVD, Minidisc, etc… en el caso de mi papá).

Fotografía: Paula Zuvic Mis favoritos: Cioccatino, Vanilio y Envivo Lungo.

 

Así, toda la vida hemos ido viendo un display de distintas tecnologías en la casa, lo mismo con las máquinas de café. Luili es un arduo bebedor de café, curiosamente en la noche después de comida y con algún dulcecito, para mi ya es una costumbre.

Desde chicos siempre había olor a café en la casa y alguna que otra máquina de café dando vuelta, de todo tipo, desde la gringa que hace esos americanos rancios con filtro, pasando por esas Krups con grano molido tipo barista, prensas francesas cuando no era usual verlas en Chile y no llegó la modernidad cafetera hasta el principio de la década del 2000.

Luis, como buen hombre del milenio tenía que hacer un update a su tecnología, y no fue hasta que empezó a trabajar con una empresa holandesa (y hacía múltiples viajes a Europa) que en uno de ellos llegó con un armatoste cafetero llamado “Senseo“, bajo ninguna perspectiva era pequeña, tampoco gigante, pero jamás para traerla en la maleta jajajaja. Ésta era la última chupada del mate, el diseño era lindo (de hecho actualmente sigue siendo casi el mismo) y venía de la mano de Philips, más tecnológico imposible, pero ¿cuál era la novedad? El café venía en bolsas como las del té pero redondas, uno las ponía en una bandeja, apretaba un botón y salía, listo, jamás habíamos visto algo igual. El problema: ¿cómo cresta conseguíamos las bolsitas cuando se acababan?… Bueno, era cuando alguien viajaba y así… A medida que se pudiera, Don Luis contaba con su súper café.

Tuvo sus años de gloria la Senseo en la casa Vera Falabella, brillaba por lo única y novedosa, pero jamás llegó a Chile, como tantas de las tecnologías foráneas de Jean Luis jajajajaja, un crack. Él siempre tuvo una relación muy estrecha con el mundo alimentario, y particularmente con Nestlé. Así llegó a nuestras vidas una nueva máquina y que hoy es parte clave de ellas, es como un miembro más de la familia… Yo creo que hasta nos llamaría la familia Nespresso, porque por la cresta que nos gusta.

En otro de los viajes de Luis, que jamás podría recordar a dónde fue, llegó con una Essenza (como la primera pixie) y un Aeroccino. Wow, ahora el café ya no venía en bolsas como las del té, sino que en una especie de dedal más colorido que la cresta. La modernidad era demasiada, el olor a café embriagante y la máquina minúscula, que cosa más maravillosa, la amábamos. Tenía una forma media triangular pero una estructura similar a la de hoy, y de esta cosita venía el amado café, los invitados no lo podían creer, Luchito la adoraba y así fue convirtiéndose en el centro de atención de la cocina.

Esta es la primera Nespresso que tuvimos en la casa.

 

 

Luis era el más feliz, podía tomar BUEN café con solo apretar un botón, en una máquina fácil de limpiar y servirle esta maravilla a sus invitados ¿Podía haber más comodidad? Jamás… Era tan distinta a lo que conocíamos (bueno la Senseo no se quedaba tan atrás pero aún así, no llegaba a este nivel de comodidad). Hasta el día de hoy nadie ha superado a la Nespresso. En un principio Luchito se traía las cápsulas de Buenos Aires, justo la ciudad estaba en su apogeo y el Buenos Aires Design hacía gala de sus lujosas tiendas, en una de ellas había todo tipo de tecnología gastronómica y ahí se podían pillar las cápsulas. El viaje no era tan largo como a Holanda, pero aún así, no habían atisbos de que esta belleza llegara a Chile.

Es más, su acogida en el mercado global, al menos según mi perspectiva no fue tan rápida, pero si muy poderosa, de a poco empezaron a aparecer nuevas máquinas, sabores y, por supuesto, maravillosas boutiques. Una vez que llegó Nespresso a Chile, Luisi era un pionero, llegaba con su llaverito cuadrado de cuero a comprar cápsulas (que ya estaban grabadas en su perfil de cliente) y se tomaba un espresso en el local del Alto Las Condes. Moderno, mino, takillero, esto era lo más, y él era (al menos para mi) el rey de esta cuestión.

Con el tiempo, y gracias a Dios, se popularizó, cada vez es más fácil comprar cápsulas. Ya sea en tiendas, teléfono, online o a través de la app de Nespresso que es una joya. Hoy gozamos además de tantísimos sabores, es más, en la casa ya quedamos mi papá y yo que tomamos café, él los más fuertes de los fuertes, ama el Kazaar; mientras que yo le hago al suavecito Cioccatino, Vanilio y mi nuevo amado Envivo Lungo. él se lo toma en la noche y yo sagradamente en las mañanas con un poco de miel y leche de almendras, muy paleo.

Lo cierto es que más allá de ser un café takillero, que esté de moda, o lo que sea, es parte de nuestras vidas y creo que sería difícil concebirla sin esta maquinita. Más allá del consumo, es que nos une, nos gusta, yo lo regaloneo a él cada vez que le preparo el café o si se lo prepara mi mamá. Hasta le enseñamos a la señito, una de mis nanas a usarla. Podrán ver en las fotos que no es ni la última, ni la mejor y que tampoco está impecable, porque no me la prestaron para la foto, es la de nuestra casa, carreteada, amada y regalona.

Creo que no hay mejor ejemplo que mi sobrino en este video quien tan solo con dos añitos, Luchito ya entrenó para que sepa preparar un café en la Nespresso jajajaja.

Para qué hablar de la independización de los miembros de la familia, antes de que hubiesen sillones en las casas de mis hermanos y casi que cama, había una Nespresso en la cocina. Corta y simple, sin ella no hay hogar. Para qué contarles lo que nos hace falta en la Casa Kuk, cada vez que viene alguno, echamos de menos el café jajaja hasta incluso mis amigas. Que horror la dependencia, pero ya llegará una.

Fotografía: Paula Zuvic

 

Otra cosa es que no hay viaje sin visita a la boutique Nespresso, never. Sea donde sea que estemos, el miembro de la familia que sea, pasamos, a ver cuáles son las ediciones limitadas de la temporada, las nuevas máquinas, los dulcecitos que vienen directo de Suiza, a comprar tazas, cucharas, probar la pastelería y así… Somos unos gozadores y a toda la cuestión le sumamos selfies al grupo “familia” jajajaja nunca falta. No es lo más fino, pero es parte de quienes somos. Además, en familia hemos llegado a una conclusión: nuestra favorita es la de París que queda en Champs-Élysées. Tres pisos de pura maravilla, máquinas, bar para probar los cafés, una cafetería con una pastelería maravillosa y sin igual, pero además, máquinas dispensadoras de cápsulas disponibles las 24 horas del día como un Redbanc ¿Why are we not funding that? El día que eso exista, creo que seremos felices y no me paquearé cuando me quede una sola caja de cápsulas.

Es por todo esto y tanto más que no es que me guste Nespresso, ni que lo ame, es parte mía, de mi familia y de mi día a día, por lo mismo We Are (The Nespresso) Family, y si me imagino cantando la canción, si se la sabe también… ¡Cante!

Fotografía: Paula Zuvic PD: Cada vez que compro mis cápsulas, me entregan esta bolsa que puedo llevar para que ellos reciclen.

2 Comments

  • Dani
    20/09/2017 4:22 PM

    😍Que lindo, me gustó mucho este post y en especially el comentario de no es lo más fino la selfie en la tienda jajaja

    Saludos

  • Luis Vera
    20/09/2017 10:41 PM

    Cami que buena, me retrataste tal cual con toda esa cantidad de cachivaches que tuve que guardar en la bodega y ojo que partió antes de que nacieras con el Betamax de Sony

    Largo ha sido mi recorrido en la búsqueda del café perfecto, como olvidar las decenas de máquinas que pasaron por nuestra despensa, la cafetera de aluminio, las prensas francesas, la cafetera gringa “huacala”, la Senseo, te falto la Dolce Gusto y finalmente nuestra amada Essenza que tenía su encanto con su forma triangular, tal vez sea porque fue el primer amor, ja ja

    Cuantos malabares para conseguir las cápsulas era una odisea, pero cuando les veías las caras a tus amigos después de servirles este café profesional y les mostrabas la máquina, bien valía la pena el esfuerzo por conseguir las preciadas cápsulas

    Un beso mi Cami y que rico compartir este gusto por el buen café

    Luisi

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BOA: An oasis in Sanhattan – Camipot.com

BOA: An oasis in Sanhattan

Antes iba siempre a donde me invitaran, me salía de mi dieta y muchas veces me pasaba por cualquier parte el hecho de comer puras cochinadas. Me invitaban, iba y punto, había que estar, pega era pega.

Pero ahora me boté a chora, porque la verdad es que creo que es muy cara de palo escribir de una dieta y vivir comiendo distinto, no puedo andar por la vida recomendando cosas que no como. Si bien es poco lo que como en el día a día, si me salgo, elijo o algo súper rico o una opción “paleoish”.

Fotografía: Paula Zuvic

 

La semana pasada me invitaron a probar un restaurante nuevo llamado BOA. Una verdadera joyita en el corazón de Sanhattan. Es más, siempre me llamó la atención por su estética y packaging, desde que hizo sus primeras apariciones por las redes sociales, pero por cómoda y sumamente floja aplacé con todo la visita. El lugar no me queda muy cerca y estoy mal acostumbrada a trabajar en la paz idílica de la Casa Kuk.

Pero sorpresa para nosotras, con la Paula llegamos sin saber qué esperar, pero a medida que íbamos subiendo esa escalerita media clandestina el ruido de Santiago se fue callando, atrás quedó la locura de una de las esquinas más congestionadas de la capital, la gente, el olor y el frío horroroso que tenía.

De entrada nos topamos con la cocina, abierta, amigable y simpática. Un poco más allá una mesa con los libros que toman como referencia para desarrollar los platos del local, una jugada transparente que muestra qué los motiva y a su vez, que hace de un restaurante un poco más un “hogar”, los libros para mi, son sinónimo de casa, amor y preocupación.

Fotografía: Paula Zuvic

 

Más allá nos abrimos paso a un espacio que parecía una suerte de invernadero. Lindo, abierto, iluminado, verde, vintage, tasty y con una estética tan cuidada como la de su imagen gráfica. Son cosas que quizás la gente no aprecia, pero que para mi son clave. Se nota el estudio de mercado que hay detrás de esta propuesta, y el trabajo arduo por aterrizar un concepto que fusiona una suerte de imagen nórdica colorida con un restaurante en un segundo piso de Bedford Avenue en Brooklyn. Si, hipster y muy, precioso también.

Nos instalamos y un par de minutos sus dueños nos fueron a dar la bienvenida, a atender y regalonearnos. La química fue instantánea. No sé cómo ni en qué minuto pasaron tres horas y media. La gozamos, fue como estar sentada en una mesa con amigos, pero era trabajo. Entre todo esto probamos muchísimas cosas, las íbamos fotografiando, la Paula con su guatita gigantesca y yo a pata pelada arriba de las sillas. Menos mal a esa hora ya se había vaciado y nadie se dio cuenta de lo locas que somos más que los dueños.

Fotografía: Paula Zuvic

 

La verdad es que me acuerdo y siento como si la mesa hubiese girado todo el almuerzo, el lugar vibra con una buena onda tan rica, un calorcito maravilloso, tiene sillas lindas, guirnaldas de luces que le dan un aire festivo y veraniego, ese techo de vidrio que cierras lo ojos y te puedes imaginar cómo se vería la noche Santiaguina si solo abriese en la noche… Ah, las plantas, tanto verde, mirar Avenida Vitacura pero no escucharla. Describir la sensación a cabalidad me cuesta bastante, pero solo puedo decirles que una mujer mañosa como yo estuvo más que a gusto en este lugarcito.

Primero partimos con las bebidas, la mía se llamaba Fresa, un café cold brew con frutilla y albahaca, solo puedo decir MIERDA, lo amé. Y no me tomé uno, sino que dos, el tiritoneo de manos al final era tremendo. También probamos otro jugo que era con maracuyá y mate, no me acuerdo bien qué tenía, pero muy rico, un manejo súper bueno del sabor fuerte de esta hierba.

Después pasamos directo a pedir los platos de fondo, pero jamás poder aguantarme… Tuve que pedir una entrada que eran unas croquetas de lentejas. Sonaban más ricas que la cresta, y la verdad es que cuando nos llegaron no desilusionaron porque estaban tremendas. Es más, cuando nos contaron que la carta iba a cambiar, mi corazón se rompió un poco sabiendo que era la primera y última vez que las iba a comer.

Fotografía: Paula Zuvic

 

Para los fondos pedimos una variedad importante. Un bowl de verduras con quinoa que estaba realmente rico. La Paula pidió una sobrecostilla cocida al vacío durante no me acuerdo cuánto tiempo, con un puré de zapallo, papas bruja y salsa de betarraga. Yo pedí unos noodles con curry, zapallo, champiñón y pollo. Lejos lo más rico era la carne, y además era el plato más “paleoish” del menú, pero le di en el gusto a la señorita embarazada. ¡Sin las papas bruja, habría estado perfecto para mi y no me habría ni salido de la dieta!

Los postres eran bien ricos, suave en el azúcar, pero aún así MUY sabrosos. El crumble de manzana con este heladito de plátano fue la perdición, en dos minutos lo hicimos desaparecer. La tarta de yogur y cítricos tenía un sabor muy peculiar, pero rica, fresca y bastante novedosa. Más tarde además nos enteramos que no utilizan azúcares refinadas, así que esa salida de la dieta no me costó TAN re cara, no por las calorías, sino que por la intoxicación de comer cosas tan procesadas que me hace pésimo.

Fotografía: Paula Zuvic

 

¡Gracias Felipito querido por la invitación, estuvo increíble!

Fue un día maravilloso, nos quedamos pegadas, la gozamos, y lo más importante, fuimos TAN felices. Porque al final eso es la comida y un restaurante, estar con los que uno quiere, gozar en torno a la comida, a una mesa llena de colores y sabores. No hay amor más real, transparente y embriagador que ese.

Fotografía: Paula Zuvic

 

Definitivamente les recomiendo este lugar, quizás la comida no sea el gusto de todos, pero es saludable, sabrosa y sumamente estética. Los dueños son unos buena onda, pasen a saludarlos, no se arrepentirán. Es más, dedíquense a probar los cafés y lattes que tienen, la propuesta es amplia y bastante interesante, yo cerré el almuerzo con este chemex que estaba deli y presentado maravilloso. Aquí abunda el buen gusto y se nota el ojo que tienen en cada detalle. Porque en los detalles también está la felicidad.

Fotografía: Paula Zuvic

 

Si les gusta comer rico, sano, sabroso y en un lugar maravilloso, no pueden dejar de conocer el BOA, quizás el único oasis en el corazón del congestionado y agotador Sanhattan. Una suerte de invernadero lindo, acogedor, verde y luminoso que me invitó a instalarme como si fuese un domingo cualquiera en pleno Brooklyn…

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Youtopia Club – Camipot.com

Youtopia Club

Jamás fui de hacer mucho deporte, pocas veces en la vida estuve en un equipo y duré poco… La verdad es que en el colegio le hacía el quite por donde pudiera, no es que no fuese talentosa (en algunos nomás), pero me incomodaba, mi cuerpo de ese entonces no se acomodaba con el ejercicio y tampoco formaba parte de mis hábitos.

Durante un tiempo hice muchísimo Body Pump, cuando recién llegó a Chile, lo amaba, íbamos con una de mis mejores amigas, su mamá y la mía. para qué hablar del profesor, era un neocelandés guapo, las viejas se peleaban la primera fila para estar al frente de él y mirarlo de cerca. La motivación estaba clarísima en esa sala, verse y VER bien. Pero la vida da muchas vueltas, hasta el día de hoy, aún cuando está de vuelta en su país es un amigo cercano de la familia.

La época del BP duró un tiempo, pero después vinieron los últimos años de colegio, las crisis púber y más, y así me separé por completo del deporte. Más tarde cuando entré a la universidad, nos obligaban así que volví a formar parte de varias clases de Les Mills (Body Pump, Body Combat y Power Jump principalmente). También en algún minuto me metí a un gimnasio bastante pro. Pero insisto, el deporte no era parte de mi vida o mis hábitos, era una tortura.

Una vez que salí de la universidad me tomé un año sabático y por distintas presiones de la vida decidí que me tenía que amigar con el deporte, tonificar mi cuerpo y hacer que necesitara el deporte a diario. No fue fácil conseguirlo, la disciplina fue clave y pasar a amar el ejercicio fue un trabajo duro, pero mucha gente me ayudó. Empecé a hacer Iyengar Yoga con la profesora más seca del mundo (Paula Calderón) y un grupo de gente espectacular a quienes adoro hasta el día de hoy, hacía natación, aeróbicos en el agua, corría, pesas y hasta rowing. Estaba imparable, pero al principio no me daba ganas, era solo por verme bien y media obligada.

Fue más difícil aún cuando entré a la pega, estaba cansada, me daba flojera hacer deporte a las 6:00 AM o en la tarde hasta las 21:00… Me fui desanimando, me empezó a dejar de gustar mi club y iba todo en picada, pero sorpresa: MI CUERPO ME PEDÍA DEPORTE. Fue así como un día después de una clase de pizza en el Brunapoli del Mall Vivo me acerqué al Youtopia. Me daba miedo se veía grande y carísimo.

Imagen www.daw.cl

 

Entré y fue amor a primera vista. Que lugar más lindo, parecía el lobby de un hotel, el olor, la gente… Nada se parecía al gimnasio en el que estaba inscrita, y ojo que era de los buenos. Quedé impresionada y les pedí que por favor me hicieran un tour, que claramente no podía terminar en otra cosa que no fuese amor máximo. Además, me quedaba al lado de la casa, todo calzaba y pedí por favor un día de prueba, precios y demases.

Mi primer día es uno que jamás voy a olvidar, terminó en terremoto. Si, ese que hubo en el norte pero que se sintió hasta acá, el mismo. Estaba terminando de entrenar, encantadísima, todo era tan moderno, las trotadoras ufff, estaba loca. Y de repente todo se empezó a mover, no entendía nada, la muy huasa juraba que era una función de la máquina, pero no, era terremoto y me tuve que ir corriendo porque evacuaron el gimnasio. Esa noche decidí que no iba a pedir un segundo día ni nada, yo pertenecía a este lugar, que más que un gimnasio es un club del cual hoy no me imagino no siendo parte.

Este lugar me conquistó, desde su cafecito con todo tipo de cosas ricas y sanas, además de un sistema que le metes plata, pones la huella y listo, pagas, sin andar con la billetera circulando. Así funcionan varias cosas en el gym, es perfecto. El lugarcito además es muy bonito, dan ganas de instalarse con el computador a trabajar ahí mismo y no moverse más.

Imagen www.daw.cl

 

Después de una imponente escalera están los camarines. Creo que he conocido pocos en mi vida que no tengan ese olor a perro mojado mezclado con vapor, bueno este huele casi que a rosas. Es ordenado, limpio y compartimentado, algo más privado e íntimo que esos tan abiertos, porque francamente no me hacía nada feliz ver a señoras haciendo el barco pirata en pleno camarin, tanta amplitud y soltura no es lo mío. La higiene es maravillosa y quienes se ocupan de eso son un amor, las duchas ricas y para qué hablar de la zona de spa: sauna, vapor, jazuzzi y más, todo impecable, ninguna vieja pilucha echándose cremas y una paz inigualable. Además se conecta con el spa y la piscina, todo muy bien pensado.

Imagen www.daw.cl

 

Tiene un área clínica que la he usado bien poco, pero lo entretenido es que te obligan a hacerte una evaluación, que incluye una impedanciometría (para medir los porcentajes de composición corporal: grasa, músculo y hueso), evaluación física y un electrocardiograma. La idea es que uno esté cero kilómetros para empezar a hacer deporte. Después de eso viene una rutina personalizada que debe ir cambiando mes a mes.

Aquí la pulserita amarilla es una llave que abre casi cualquier puerta. No, jajajaja con ella cierras y abres cualquier locker de los públicos, hay otros que son privados y los puedes arrendar, se le asignan también a ésta. Además, contiene toda tu información, como si fuera un chip, entonces, al acercarla a una máquina con pantalla, podrás ver tu rutina o bien, sincronizar tu usuario. Cada uno tiene su perfil, con toda su información corporal, estadísticas de actividad y más. Además, puedo acceder a mis perfiles en todas las apps y se quedan con las claves listas, llámese Netflix, Youtube, Flipgram, Facebook, Skype y más. También hay tele, programas modernos para correr y más, yo con Netflix morí, me mando unos cardios de dos horas cada domingo.

Imagen cortesía Youtopia Club

 

El lugar es bonito, luminoso, amplio, es que jamás me siento encerrada y venir a entrenar aquí es tan distinto a estar en cualquier otro gimnasio. Acá estoy en paz, lo paso bien, jamás tengo a alguien encima esperando para usar algo, hay espacio para hacer ejercicios y no estar apretado, hay muchas áreas, hasta una para elongar, es bonito y a veces siento como si fuese mi segunda casa, porque siempre estoy allá. Lo rico además, es que como es un club, nos vamos viendo las mismas caras, los mismos en Spinning con la Carola, el grupo de Whatsapp de Body Attack donde nos obligamos a ir cada martes y jueves a saltar con la Clau, los profes que son una dulzura y de lo más preocupados, amigos de la vida, gente de la pega, hay de todo y verlos a diario me pone contenta.

Imagen cortesía Youtopia Club // Aquí mi clase favorita, Body Attack
Imagen cortesía Youtopia Club // Aquí varios del team Body Attack en la felicidad máxima

Las comodidades y cosas que me gustan de este lugar son miles, es tan perfecto que a veces las paso por alto porque ya me mal acostumbré a tenerlas siempre. Pero lo que no deja de llamarme la atención, es su onda, esa vibración, la energía de gente feliz haciendo deporte junta, de otra gente feliz impulsándote cada día a ser mejor… Tantas disciplinas, opciones, eventos para que nos entusiasmemos, regalos, buena música tecnología, los mejores profesores de Chile… Simplemente es todo. Es más, cuando me metí a uno de los mejores gimnasios de Nueva York pensé que este iba a ser una alpargata, pero la verdad es que lo único que le hacía la competencia a mi Youtopia, es que los profesores no eran los mejores del país sino que casi del mundo, y cosas tontas como que había desmaquillante, cotonitos, toallitas, tampax y de todo tipo de productos de Kiehl’s para cuerpo, pelo y cara.

Aún así, no sé qué haría sin este lugar, porque nada se compara a lo feliz que soy haciendo deporte aquí, es más, me faltaron fotos para mostrar todo lo que les cuento… Pero cuando venga un nuevo Fitness Fun Day les contaré más cosas entretenidas y ojalá con más evidencia, mientras tanto, si alguien quiere ir a probarlo no dude en decirme que feliz lo llevo! Y sino, pueden verlo en mis instagram stories!

 

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My Kitchen Aid MINI: Younger, cuter and, tiny like me! – Camipot.com

My Kitchen Aid MINI: Younger, cuter and, tiny like me!

No soy buena para cambiar las cosas a menos que por cosas de la vida tenga que ser, o lo necesite… Me acostumbro a las cosas, al mismo teléfono, al mismo computador, auto y por supuesto, a mi vieja y destartalada Kitchen Aid que amo por sobre todas las cosas y de la que les conté la otra vez.

No me mal entiendan, no es que sea mala, sino que le he sacado el jugo, literalmente le he sacado humo a la pobre. Me ha apañado en todas y me convirtió en lo que hoy soy en la cocina, fue mi musa inspiradora y hasta tiene nombre. No es que la haya cambiado tampoco, pero tengo que contarles que este es mi nuevo juguetito. Porque qué más da, no pueden haber suficientes Kitchen Aid en una cocina, ni para mirar, ni para llenar los mesones y menos para producción.

Cuál será mi sorpresa cuando esta guaguita (bebé para mis seguidores de otros países) pequeña llegó a mi casa, creo que le dediqué todo el amor de mi corazón a medio mundo. Es que además de ser chiquitita como yo, es NEGRA y por si aún no lo han deducido, es el “color” que más me fascina. Este es un verdadero juguetito y que además se ve perfecto en los mesones de mi cocina en la Casa Kuk porque tengo menos espacio, aunque confieso que quería dejar esta solamente, armé un estacionamiento de Kitchen Aids en el mesón, mamá e hija, blanco y negro. Lo miro y me río sola…

Fotografía: Paula Zuvic

Bueno, les cuento que esta miniaturita es bastante rica, funciona súper bien, quizás no a la misma potencia que las más grandes, pero es ideal para recetas caseras y más simples, especialmente las más ligeras. Además, como les decía, es perfecta para ponerla en la cocina y no usa tanto espacio, además de tener nuevas y más bonitas terminaciones, es súper elegante y eso es lo que más me identifica de ella.

En fin, al grano. Esta belleza llegó a nuestra Casa Kuk para convertirse en mi aliada para la cena de degustación que hicimos con el chef Ricardo Verdejo, él hacía los tiempos salados (que fueron magníficos y eran cinco), mientras que los postres eran míos. Decidí jugármelas con una panna cotta de coco, y además, otro postre que demostrara lo que más me gusta hacer, una pequeña torta.

Fotografía: Paula Zuvic

 

Fotografía: Paula Zuvic

La torta era una selva negra, fue bastante compleja, con bastantes componentes, uno sobre el otro. ¡Por supuesto tuve que probar a mi nueva mini regalona! Primero hice un bizcocho chiffón de chocolate, sobre él una cremeaux de chocolate, luego una gelée de guinda ácida, una crema chantilly de vainilla con guidas ácidas y una tapa del primer bizcocho. Tenía la duda de si esta nueva batidora me iba a ayudar a dar el aire que necesitaba tanto en el bizcocho como en la chantilly, la verdad es que no me defraudó, fui feliz, además de chiquitita y bonita, es MUY rendidora.

Fotografía: Paula Zuvic

Sin duda esta nueva adición a mi cocina fue inesperada y me sorprendió tanto por como cumple, por lo bonita que es, es bastante más silenciosa que la otra que tengo y pese a su mini tamaño, es estable y heavy duty igual que las otras. ¡Me encantó! Además, la comida y los postres fueron todo un éxito. Aprovecho este espacio para agradecerle a Kitchen Aid Latinoamérica por su apoyo constante en el inicio de este proyecto de cenas y de eventos en Casa Kuk. La verdad es que me pone más que contenta iniciar esta alianza con una de mis marcas favoritas, es más, lo pienso y me río sola.

Fotografía: Paula Zuvic

Honestamente si algún día tienen la oportunidad de comprar una y utilizarla en sus cocinas, por favor no lo duden, quizás pueden terminar como yo, que partí como amateur y fue tanta la pasión por la pastelería que me convertí en periodista gastronómica. Hoy soy la primera periodista gastronómica de Chile especializada en pastelería y puedo ejercer todos los días haciendo lo que amo, cocinando y escribir de lo que más me gusta. De corazón espero que todos los que leen estas líneas puedan algún día tener la misma osadía que yo y hacer a diario lo que más aman <3

Fotografía: Paula Zuvic

 

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Desafío #PaleoPot: Tres meses estrictamente Paleo – Camipot.com

Desafío #PaleoPot: Tres meses estrictamente Paleo

Hace tres meses, precisamente el 2 de octubre del 2017 tomé una decisión: ser completamente paleo por un tiempo. Además de que quería ver qué podía pasar con mi cuerpo, necesitaba controlar mis niveles de ansiedad porque siendo pastelera, la tentación está a la orden del día.

Lo más gracioso es que ese mes tenía que ir a Colombia a los Latin America’s 50 Best, pero honestamente no daba más. Pese a que estaba comiendo paleo y haciendo muchísimo ejercicio (como 6 veces a la semana), no veía muchos cambios y mi cuerpo estaba como estancado, salirme solo un día a la semana parece que no estaba ayudando mucho.

No fue fácil partir un desafío así, comprendamos que ser paleo implica no comer granos, legumbres, lácteos, azúcares y básicamente nada procesado (o en su defecto con preservantes o aditivos). A partir de ese mes mi año comenzó a ser más movido, muchos cumpleaños, eventos, el viaje y más! Pero la ansiedad no me la ganó y me mantuve firme.

Llevaba recién tres semanas cuando viajé a Bogotá. Los cambios eran evidentes, ropa talla 2 que me había comprado en Nueva York me quedaba perfecta y me sentía TAN cómoda conmigo misma, me subió hasta el autoestima, era impresionante y no llevaba nada. Confieso que durante el viaje tuve un almuerzo de trabajo en el que tuve que salirme pero inmediatamente después volví a mi régimen alimenticio, así me dediqué a buscar opciones Paleo por toda la ciudad, y encontré que Bogotá era tanto mas friendly hacia las dietas especiales que Santiago.

Cuando volví todo fue cuesta abajo, mientras más ligero y magro se fue poniendo mi cuerpo, me empezó a volver la energía al cuerpo, nuevamente me estaba despertando temprano, quería hacer deporte, comer sano y pasarlo bien.

Así fui viendo cómo mi cuerpo evolucionaba… Curiosamente siempre nos vamos fijando como nuestro cuerpo adelgaza siempre en los mismos lugares, piernas, abdomen, caderas y, por supuesto, la cara. Lo cierto es que yo pensaba que iba a llegar a un punto de estancamiento. Cómo iba a ser posible bajar aún más si hasta había disminuido un poco mi nivel de ejercicio y además a veces me como la vida entera (pero todo paleo).

Suerte para mi, a medida que han ido pasando estos tres meses mi cuerpo se ha ido poniendo cada vez más magro. Es más, estoy viendo hendiduras y músculos marcados que jamás imaginé posible, porque las cosas como son, soy de contextura gordita, nací así y con esfuerzo eso ha ido cambiando. Tener los hombros marcados parecía imposible, verme las costillas ¿Qué chucha era eso?, que se me marcara la parte de arriba del muslo o la espalda, la guata, pffff jamás. Pero como decía el slogan de Adidas, “Impossible is nothing” aunque nunca le creí tanto, pero me las di de Nike y me dije a mi misma “Just Do It” jajajajaja suena cliché pero es que realmente fue algo así. De no creerlo.

La gente me dice “Ahhh pero no comes nada!”, “Te mueres de hambre” y yo… Ya si, si… Pero la verdad es que muchas personas me comentan de cuanto he bajado de peso, me preguntan cómo y la verdad es que no es ninguna ciencia más que una filosofía alimenticia basada en volver a las raíces. A alimentarnos de cosas que el cuerpo si está acostumbrado a digerir, que lo nutran y hagan más sano y fuerte!

Para los incrédulos, si como dulces, solo que paleo. Mi desayuno es un waffle o un barrita Paleo de Your Goal o la Nakd de chocolate, pero siempre antes un montón de fruta en ayuno. Como salame, tocino y jamón como nadie, todo lo que subo de La Preferida no es mentira amo todos sus productos y nunca faltan en mi casa, en la Casa Kuk o cuando estoy invitada a algún lado. Amo las almendras y castañas de cajú, si me dan una bolsa probablemente a la semana haya desaparecido. Amo las Tika Furiosas y mínimo tres veces a la semana me bajo una bolsa entera. La entraña es mi mejor amiga, especialmente en restaurantes. Si me baja la flojera vivo a puro huevo con salame. Y así… ¿Quién dijo que hacer dieta era una tortura? Los desafío a sumarse a mi aventura, estos tres meses han sido increíbles, háganlo y cuéntenme cómo les va! #paleopot

6 Comments

  • Claudia Salas
    05/01/2018 8:34 PM

    Hola Cami, tienes bibliografía paleo para recomendar, me interesa el tema…..así comienzo y te cuento cómo me va con mi desafío #paleopot

    Saludos
    Claudia

    • admin
      06/01/2018 6:03 PM

      Hola Claudia! Que buena que estés interesada! Te buscaré algunos para que leas, prefieres en castellano o en inglés?? Un besote!!!

      • Claudia
        06/01/2018 8:18 PM

        Me da igual, si es en inglés o español. Hoy fui al Portal La Dehesa al jumbo y me compré las Paleo Bar, fui a comprar un libro “la dieta paleo” y no estaba 🤨….Si pudieras dar más tips ( en la medida que tengas tiempo libre) sería genial….dejé el pan y los lácteos hace más o menos 1 semana, pero obvio me siento limitada en los desayunos…si pudieras dar ideas sería fantástico … ahhh y yo hago ejercicios de antes pero cómo decías en tu post sin ni una mucha pretensión de tener nada marcado …así q quiero mi desafío #paleopot !!!!

        Besooos!

        • admin
          06/01/2018 10:13 PM

          Yaaa buenísimo!!! Estoy en la playa pero apenas llegue te voy mandando cosas!!! Puedes comprar las Paleo Bar, o las Nakd de Frambuesa o Chocolate, también en Dellanatura hay algunas Roobar que se pueden comer!! Hay también unos chips de Dole de manzana!! Para el desayuno yo he encontrado que lo más rápido, fácil, leñador y rico es el waffle!! En la página está la receta pero yo siempre me hago uno menos calórico: un huevo, una clara, una cdta de cacao, dos cucharadas de harina de coco, una cdta de nibs de cacao y un poco de nueces!! Lo pongo en la wafflera (le pongo aceite de coco en spray lo venden en el Unimarc y Jumbo) como 4 minutos y listo!!! Yo después encima le echo miel o un syrup de fruta que venden en Dellanatura!!!! Ojalá te sirva!!!

          • Claudia
            08/01/2018 9:36 AM

            Grs Cami!!!, y no te escribí mas este finde porq nada que ver de mi parte!….ya anoté tu receta , solo me faltan los nibs y comienzo …
            Te pasaste…

            Beeesos

          • admin
            08/01/2018 2:18 PM

            No te preocupes, vivo trabajando!!! Estoy buscando la bibliografía y te la mando!!!

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